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Información para epacientes de cáncer de mama

estres

A pesar de los grandes progresos en el control, diagnóstico, tratamiento y recuperación del cáncer de mama, su diagnóstico continúa siendo muy estresante para la paciente. De repente, su vida cotidiana cambia y se enfrenta a una situación llena de dudas y retos, en la que su bienestar físico y emocional se ve afectado. Para manejar el estrés que conlleva esta nueva realidad, existen diferentes prácticas y actividades diseñadas para mejorar el bienestar y la calidad de vida.

¿Qué es el estrés y cómo nos puede afectar?

El estrés es la forma en que nuestro cerebro y cuerpo responden a un desafío o exigencia. Cuando estamos estresados, nuestro cuerpo libera unas sustancias químicas llamadas hormonas, que ponen a nuestro cuerpo en alerta para actuar según diferentes circunstancias: pueden elevar la presión arterial, la frecuencia cardíaca y los niveles de azúcar en sangre (MEDLINE, 2021).  

Y, aunque el estrés puede ser positivo en algunas ocasiones, mayoritariamente a corto plazo, ya que nos ayuda a actuar cuando lo necesitamos y a ser más resistentes, también puede ser perjudicial a largo plazo. Sus consecuencias pueden ser físicas y emocionales (OMS, 2020). Entre sus consecuencias físicas se encuentran los dolores de cabeza, falta de apetito, peso en el pecho, dolor de espalda, cuello y hombros, tensión muscular, malestar estomacal, incluso insomnio, resfriados, erupciones cutáneas e infecciones. Y entre las emocionales, la falta de concentración, irritabilidad, tristeza, culpabilidad, cansancio, etc.

Cáncer de mama y actividades para reducir el estrés

El cáncer de mama es una situación que puede generar mucho estrés y durante el tratamiento puede haber muchos vaivenes emocionales además de los efectos secundarios que pueden provocar tratamientos como la quimioterapia, la hormonoterapia o la inmunoterapia. De hecho, algunos estudios han demostrado que el estrés es un factor que puede favorecer el crecimiento y propagación del cáncer de mama. Por lo que es muy importante aprender a manejar el estrés en la medida que sea posible. En este artículo de la página web de la Fundació Kalida podrás encontrar ocho consejos para gestionar el estrés.

Hay cada vez más evidencia que algunas terapias complementarias pueden ayudar a gestionar el estrés aparte de minimizar algunos síntomas y efectos secundarios de los tratamientos. Existen diferentes tipos de terapias complementarias. Uno de ellas, el que engloba diferentes técnicas y ejercicios de relajación y bienestar, puede ayudar a gestionar el estrés. Es importante decir que las terapias complementarias no están contraindicadas, pero siempre se recomienda consultar antes al médico de referencia. Se consideran “complementarias” cuando se usan en combinación con la medicina convencional.

A continuación, repasamos algunas prácticas recomendadas para la gestión del estrés (entre ellas, algunas consideradas terapias complementarias):

Meditación

La meditación consiste en una variedad de prácticas que se focalizan en la integración del cuerpo y la mente y se utiliza para calmar, eliminar el estrés del día del día y brindar paz interior. Durante la meditación, concentras tu atención en un punto y eliminas el flujo de pensamientos confusos que pueden estar llenando tu mente y provocándote estrés. Este proceso puede resultar en un realce del bienestar físico y emocional y ayuda a:

  • Tener una nueva perspectiva de las situaciones estresantes
  • Adquirir habilidades para controlar el estrés
  • Aumentar la autoconciencia
  • Enfocarse en el presente
  • Reducir las emociones negativas
  • Aumentar la imaginación y la creatividad
  • Aumentar la paciencia y la tolerancia
  • Bajar la frecuencia cardíaca
  • Bajar la presión arterial en reposo
  • Mejorar la calidad del sueño

Estos beneficios no finalizan cuando termina la sesión de meditación. La meditación puede ayudarte a sentirte más calmada y a controlar los síntomas de ciertas afecciones médicas.

Existen diferentes tipos de meditación y de técnicas para relajarse que tienen componentes de la meditación:

  • Mindfulness

El mindfulness es una práctica de atención plena, que se ha ido integrando en la medicina y la psicología occidental por los beneficios que aporta en la calidad de vida, como el soporte a la reducción del estrés en pacientes oncológicos, entre otros. Se trata de mantener toda la atención o consciencia en el momento presente sin hacer ningún tipo de juicio.

Para poder reducir el estrés, no sirve emprender alguna acción aislada, sin realizar cambios más profundos en tu forma de hacer las cosas y de enfrentar el día a día. Muchas veces realizamos actividades para mejorar nuestra calidad de vida, pero no resulta un cambio duradero, y sentimos que nos vuelve a invadir el mismo estrés. Esto sucede porque no se han descubierto aún los cambios necesarios para que sentirse mejor. Con el Mindfulness, se pueden aprender estrategias para realizar cambios profundos, empezar a reducir progresivamente el estrés y sentir un mayor bienestar, motivación y vitalidad. Para conocer algunos recursos para practicar el mindfulness, puedes consultar este artículo de nuestra página web.

  • Yoga y taichi

En base a la filosofía india, el yoga involucra tanto el cuerpo como la mente. Comenzó como una práctica espiritual pero el yoga moderno se enfoca más en posturas físicas, técnicas de respiración y meditación controladas. Este tipo de meditación implica ejercicios que ayudan a obtener una mayor eficacia en el dominio del cuerpo y aclarar y calmar tus pensamientos. Al realizar posturas que requieren equilibrio y concentración, te ves estimulado a enfocarte menos en tu día ocupado y más en el momento.

El taichi, de origen chino, considerado como meditación en movimiento, fue inicialmente desarrollado como un entrenamiento en arte marcial para la defensa personal. Sin embargo, ha evolucionado hasta convertirse en una serie de ejercicios que promueven la serenidad mediante movimientos suaves y fluidos, acompañados de respiración profunda. Es ejercicio de bajo impacto y ejerce un esfuerzo mínimo sobre los músculos y las articulaciones, lo que lo hace generalmente seguro para todas las edades y niveles de estado físico.

Además de ayudar a gestionar el estrés, diferentes estudios científicos están demostrando que el yoga (entre otras, como la terapia cognitivo conductual) aporta diferentes beneficios para manejar algunos efectos adversos de los tratamientos para el cáncer de mama como la fatiga, vómitos, náuseas, dolores de cabeza, síntomas vasomotores o linfedema (los dos últimos con menos evidencia científica).

Terapia ocupacional

La terapia ocupacional es una disciplina basada en el estudio de la ocupación humana cuyo objetivo es conseguir que personas con alguna restricción en la participación dentro de su entorno, puedan desarrollar sus actividades de la vida cotidiana de forma independiente y autónoma, como el cuidado personal, el ocio, la productividad o el trabajo.

Dependiendo del tipo de enfermedad, de su estado y los síntomas de la persona hay una gran variedad de técnicas. En el caso de pacientes con cáncer de mama, se ha estudiado cómo puede ayudar la terapia ocupacional a lidiar con el estrés de la vuelta al trabajo de pacientes supervivientes. Un estudio (Stehle, L. et al, 2022) muestra que se deberían realizar intervenciones centradas en la paciente, involucrar equipos multidisciplinarios, basarse en el International Classification of Functioning, Disability and Health Framework (ICF), una guía internacional, y utilizar prácticas con evidencia probada. De esta manera, la terapia ocupacional como parte de un programa de rehabilitación multidisciplinario puede tener un impacto notable en el bienestar y calidad de vida de las sobrevivientes de cáncer de mama. Sin embargo, aún hay pocos estudios sobre terapia ocupacional en pacientes oncológicos pero cada vez más se está analizando su posible efectividad y beneficios.

Arteterapia

La arteterapia es un tipo de terapia artística que consiste en la utilización del arte como vía terapéutica para sanar trastornos psicológicos, tratar miedos, estrés, bloqueos personales, traumas del pasado y otras complicaciones. El objetivo principal es influenciar la mente y cuerpo para promover la salud y el bienestar.

En pacientes con cáncer de mama, la investigación actual indica que es una intervención útil que crea un espacio para la expresión personal, muchas veces muy dolorosa de verbalizar. Además, la arteterapia puede utilizarse como un medio para redefinir las prioridades e identidad personal de las pacientes para que estén más involucradas en su cuidado personal y bienestar. Cada vez hay más evidencia de los beneficios de este tipo de terapias como una práctica complementaria al tratamiento convencional, aunque aún le queda mucho camino por recorrer.

Practicar algunas de estas actividades hace más llevadero el proceso y ayuda a mantener la calma ante algunas situaciones. Otras actividades que nos puede servir de ayuda para reducir el estrés son caminar, tener una rutina diaria, socializar con los seres queridos, dormir adecuadamente o incluso buscar grupos de apoyo para compartir experiencias y reducir el sentimiento de soledad.

En nuestra agenda, encontrarás diferentes eventos de gestión del estrés organizados por diferentes asociaciones como la AECC, Oncolliga, Fundació Kâlida o Grupo SOLTI.

Referencias

Júlia MassóJúlia Massó
Comunicadora científica y genetista. Divulgo sobre ciencia y salud, su historia e historias en Fundación iSYS. @julia_masso