Somos personas que viven en primera persona lo que sucede con esta enfermedad.
Recomendaciones de la OMS
El ejercicio es una gran ayuda para la recuperación física, disminuye el riesgo de recidiva de una forma notable y ayuda a la disminución de la mortalidad (la reduce a la mitad en comparación con pacientes sedentarios). Curiosamente, el ejercicio puede ayudar a afrontar la fatiga, que con frecuencia propician algunos de los tratamientos. Algunos estudios también han demostrado que más actividad física implica una menor aparición de otras enfermedades cuando se está en tratamiento de cáncer de mama.
El ejercicio se debe de practicar de forma correcta y con una intensidad adecuada. Durante el tratamiento se debe adaptar al estado físico en que nos encontremos. Dada la importancia de la realización de ejercicio, dedicaremos una serie de artículos a contar cuales son los principios de una práctica saludable.